Mitos
Estos son algunos de los mitos sobre la incontinencia:
Mito 1
Es un asunto personal y nadie, ni mi médico, tiene por qué saberlo
Falso. Aun cuando la incontinencia sea leve, es importante notificarlo al médico, ya que sus causas son tantas que lo mejor es descartar las más graves y seguir al pie de la letra el tratamiento.
Mito 2
No tiene cura
Falso. Se ha descubierto que más del 70% de mujeres con incontinencia leve pueden superarla mediante terapias y ejercicios terapéuticos.
Mito 3
Es una enfermedad
Falso. La incontinencia es un efecto resultante de otra condición médica, por ese motivo no está considerada como una enfermedad y su tratamiento está enfocado en resolver los problemas que la generan.
Mito 4
Es cosa de mujeres
Falso. Aunque ciertamente es más común este tipo de afecciones en las mujeres, los hombres no están exentos, ya que se estima que de las 200 millones de personas alrededor del mundo que padecen incontinencia, los hombres representan del 1.5% al 15%, mientras que las mujeres del 10% al 25%, siendo los restantes adultos mayores y niños.
Mito 5
He perdido mi vida y tendré que cambiar mis hábitos
Falso. Lo más importante es que cheques con tu médico tu nivel o grado de incontinencia, para que él te pueda recetar lo mejor y para que tu calidad de vida no se vea afectada. Recuerda que el 70% de la incontinencia leve puede ser superada mediante terapias.
Mito 6
Es normal que me pase, porque estoy en la menopausia
Falso. Por ningún motivo se considera a la incontinencia como algo “normal”. A pesar de que los cambios hormonales durante la menopausia causan estragos y debilitan los tejidos pélvicos, no es motivo para que se le considere como una consecuencia de la edad. Además, la incontinencia es el resultado de múltiples factores que se tienen que considerar.
Mito 7
Las mujeres jóvenes no sufren de incontinencia
Falso. Por tratarse afecciones que se derivan en su mayoría del debilitamiento del suelo pélvico, el envejecimiento es sólo un factor más que lo promueve, más no que lo provoca. Se estima que lo padecen el 5% de las mujeres menores de 45 años, el 8% de 50 años y llega al 12% de las mujeres mayores de 60 años.
Mito 8
No es una afección grave, así que no tiene gran importancia
Falso. Aun cuando la pérdida involuntaria de orina no represente algo grave, sus causas pueden llegar a serlo, por ese motivo se recomienda hacerse un chequeo con el médico, para descartar cualquier posible causa importante. Además, según la escala del Nottingham Health Profile, la incontinencia ocupa el 5º lugar de las afecciones que tienen un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes.
Mito 9
No va a empeorar y va a desaparecer con el tiempo
Falso. Una vez que una mujer presenta síntomas de incontinencia, estos no desaparecen, por el contrario, y dependiendo de la situación, pueden aumentar con el tiempo. Afortunadamente, tu médico sabrá tratarte y recomendarte lo mejor.
Mito 10
En mi embarazo tuve pérdidas de orina, ya no van a desaparecer
Falso. Debido al cambio en la fisonomía y al esfuerzo que se realiza en la labor de parto, es común que los músculos del suelo pélvico se debiliten y provoquen incontinencia de esfuerzo, pero con unos simples ejercicios de Kegel se puede resolver.
Mito 11
No hay un tratamiento efectivo al 100%, sólo queda resignarse
Falso. Así como hay diferentes causas que provocan la incontinencia, hay muchos tipos de tratamiento para contrarrestarlas y mejorar la calidad de vida. Cada persona es un caso diferente y el médico podrá encontrar una solución para cada caso.
Mito 12
Los productos para el cuidado de la incontinencia son incómodos y estorbosos
Falso. Liberty® cuenta con una completa línea para el cuidado de la incontinencia, desarrollada con la más alta calidad y ergonomía. Descubre los productos que tenemos para cada tipo de incontinencia y para cada estilo de vida.
Mito 13
Si disminuyo mi ingesta de líquidos, puedo mejorar
Falso. No hay que olvidar que el agua es indispensable para que nuestro organismo funcione correctamente. Disminuir las porciones recomendadas podría afectarnos más de lo que se piensa y volver nuestra vejiga más vulnerable a infecciones.