¿Ayuda el orgasmo a fortalecer el suelo pélvico?

Fortalece el suelo pélvico
Salud

Un suelo pélvico tonificado y fortalecido, además de prevenir la incontinencia urinaria, favorecerá a tus órganos reproductores, haciendo tu vida sexual y la de tu pareja más satisfactoria.

Si bien uno de los métodos para fortalecer el suelo pélvico es a través de los Ejercicios de Kegel –recomendados para las mujeres a partir de los 30 años–, también existe otra opción para trabajar estos músculos: por medio de los orgasmos. 

Pero antes… ¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico, que abarca desde el pubis al coxis, es un conjunto de músculos y ligamentos que unidos entre sí, sostienen los órganos pélvicos: vejiga, uretra, útero, vagina y recto, y los mantienen en la posición adecuada para su correcto funcionamiento.

¿Cuáles son las funciones del suelo pélvico?

Además de sostener los órganos pélvicos y vísceras, entre sus funciones se encuentran: control de esfínteres, favorecer la satisfacción sexual y, durante el parto, ayudar a que la cabeza del bebé rote, para producir una contracción que facilite su nacimiento.

Para ejercitar el suelo pélvico… ¡El orgasmo!

Durante el orgasmo, se produce mayor circulación sanguinea y lubricación en la zona. Además, durante un orgasmo intenso, se producen entre 10 y 15 contracciones por segundo –involuntarias y rítmicas– de los músculos del suelo pélvico, vagina, útero y esfínter anal. Con un orgasmo moderado, las contracciones van de tres a cinco por segundo.

Esto quiere decir que al alcanzar el climax, se ejercita el tono de la musculatura involuntaria, es decir, 80% del total, pues el otro 20% corresponde a los músculos voluntarios, los que se trabajan con los Ejercicios de Kegel.   

En pocas palabras, fortalecer el suelo pélvico hace que las mujeres tengan mejores orgasmos, disfruten de relaciones más placenteras y, de paso, prevengan la incontinencia urinaria o mejoren su condición.  

DATO

¿Sabías que de cada cuatro personas que padecen incontinencia urinaria, tres son mujeres? Así es, esta condición, que se caracteriza por la pérdida o expulsión de orina de forma involuntaria, aumenta en mujeres, ya sea por cambios hormonales, embarazos y menopausia.

 

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