Después del divorcio... ¿Qué sigue?

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Cuando una pareja decide terminar, lo mejor y más deseable, sobre todo si hay hijos pequeños, es hacerlo lo más amable y armonioso posible. Pero en muchos casos, un divorcio por los motivos que sean, puede desatar una batalla entre los miembros de la pareja, quienes intentan por todos los medios dañar al otro en una escalada que parece no tener fin. 

Cuando se decide un divorcio, generalmente el rompimiento de la pareja sucedió tiempo atrás, aun cuando los miembros no se hayan dado cuenta. Sin embargo, hay que pasar por las etapas del duelo para poder aceptar la nueva circunstancia y seguir adelante. Con frecuencia cuando una mujer habla de querer terminar la relación, ya tiene algún tiempo pensándolo e incluso puede haber comenzado a vivir el duelo, cuyas etapas son:  

  • Negación… se buscan motivos para no terminar con la pareja o se espera a que la situación se resuelva por sí misma, evitando hablarla e incluso pensarla.
  • Enojo… es una emoción difícil de manejar, hay sentimientos de pérdida del control, se tiende a buscar y recriminar culpables, generalmente la ex pareja. Es muy importante sentir el enojo, pero nunca se debe utilizar a los hijos como armas contra el otro, ni enrollarse en una guerra para destruirle. 
  • Negociación… después del enojo puede surgir la necesidad de buscar restaurar la relación o buscar alternativas para dar marcha atrás en la separación. 
  • Tristeza… por lo perdido o sentimientos de haber fracasado, lo cual puede provocar la necesidad de llorar; está bien sentir dolor y llorar, pero también se pueden buscar alternativas para sentir optimismo y entusiasmo: lo que viene por delante, salir con amigos y disfrutar de la vida. 
  • Aceptación… después de las emociones negativas –la furia, la frustración y el dolor– llega el momento de asimilar la nueva situación, y con ella la tranquilidad y el optimismo para ver el futuro y darle un nuevo sentido a la vida. 

Es a partir de este momento donde una persona divorciada puede empezar a construir su nueva vida, ya liberado de las intensas emociones que causa un divorcio y con la mirada puesta en las posibilidades que se abren para el futuro. Ahora se pueden iniciar nuevos proyectos, continuar con los que se tenían y buscar actividades recreativas diferentes. 

Si hay hijos menores, o propiedades y proyectos en común, es necesario esforzarse por tener una relación, si no amistosa, cuando menos civilizada y respetuosa. No te tomes personal lo que haga tu ex, evita observar o juzgar sus acciones o decisiones y mejor enfócate en ti mismo.

SIEMPRE ACTITUD POSITIVA

Mantener una actitud positiva es fundamental para evolucionar a una mejor calidad de vida personal, familiar y social. Se nos dice que una crisis, y más un divorcio, es una situación terrible, un fracaso que echa a perder nuestra vida. Sin embargo, la realidad es distinta: una pareja toma la decisión de divorciarse con la intención de que su vida mejore de alguna manera.

Una actitud positiva ante la vida es importante para salir avante y fortalecido. Tener claras las nuevas circunstancias y sacar el máximo de provecho a los recursos que se tienen, ya sean materiales, de índole intelectual o emocional, ayuda a que efectivamente, mejore tu vida y la de los que te rodean. Reflexiona acerca de la nueva vida que quieres tener y encamina tus esfuerzos hacia allá.